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jueves, 9 de junio de 2011

Los hábitos de lectura se crean en casa

Es sorprendente y preocupante el tipo de respuestas que se obtienen cuando se le pregunta a algunos jóvenes y adultos sobre sus hábitos y gustos al momento de leer. La razón de esta preocupación es que un porcentaje muy alto de esta población responde que no lee de forma habitual. (Según la encuesta nacional de hábitos de lectura en Colombia, el 31% de los colombianos no lee de forma habitual). Y cabe revisar las razones de este comportamiento, pues en su mayor parte la respuesta es que no les gusta leer.

Ahora bien, en nuestro diario vivir el leer es una actividad de suma importancia para mantenernos al día sobre los diferentes sucesos y avances de la humanidad así como para abrir la mente a otros puntos de vista diferentes a los nuestros. De la misma forma el hábito de leer nos permite, no solamente nutrir el intelecto si no también alimentar el espíritu con la amplia variedad de literatura disponible.

A nuestro modo de ver, es de suma importancia corregir esta apatía frente a la lectura, y dado que esta actividad es un hábito, pues debe ser cultivado desde edades tempranas (sin que esto quiera decir que en la adultez no se pueda cultivar el hábito de la lectura). Con esto en mente, les ofrecemos aquí algunas claves para inculcar el hábito de lectura desde edades tempranas.

Es necesario establecer que “leer” no se limita al simple hecho de interpretar las diferentes combinaciones de grafemas. Leer significa interpretar símbolos o imágenes; y entender el mensaje que otro nos transmite con las palabras y las ilustraciones. Por este motivo la estimulación temprana que genere vínculos entre el niño y la lectura se debe hacer incluso desde antes de que el pequeño empiece a hablar o este en capacidad de aprender a leer. Pues desde que nace tiene a su disposición la vista que es el canal de entrada de estos mensajes, que con la correcta orientación de los padres, serán comprendidos por el bebe.

El hábito de lectura debe construirse paso a paso.  Es importante que la lectura de libros sea una actividad normalizada y se incluya como parte de la rutina diaria, ya sea al despertar, por la tarde o antes de acostarse.  Es  una excelente estrategia como transición entre el juego activo y la hora de dormir.

El momento de la lectura debe ser un momento más de juego en el que el padre o la madre interactúan con sus hijos utilizando como pretexto el libro de cuentos.  Los padres deben buscar que este momento sea una oportunidad de genuino contacto, de atención completa para el niño y de estimulación de la capacidad lectora e imaginativa de este. Si los padres logran asociar los encuentros de lectura de sus hijos con sentimientos agradables, el hábito tendrá una fuerte carga emocional positiva y esto influirá en que sea fuerte y duradero.

Finalmente, sea cuidadoso al momento de seleccionar los libros que compartirá con los niños. Asegúrese de que su contenido sea educativo y envié los mensajes que usted considera adecuados para su edad. Tenga en cuenta que la narración debe ser sencilla al tiempo que debe aportarle vocabulario nuevo acorde a su edad así también las ilustraciones deben ser atractivas para los chicos.

Esperamos que estas sugerencias sean de utilidad y que día a día disminuyamos a su mínima expresión esa triste expresión “a mí no me gusta leer”.

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